Josh decidió que la mejor forma de lograr un impacto positivo en las vidas de los inmigrantes era obtener un título de derecho, para así poder defenderlos directamente en las cortes migratorias. Mientras estuvo en la escuela de leyes de la Universidad Estatal de Georgia, Josh tomó la oportunidad de trabajar en la Clínica para Inmigrantes (institución de la Universidad que ofrece prácticas para los estudiantes de derecho, quienes defienden inmigrantes de bajos recursos en cortes de inmigración), donde recibió experiencia de primera mano, al mismo tiempo que trabajaba con solicitantes de asilo.